SIRUSA
Servei d'Incineració dels Residus Urbans S.A.
Historia

Los ayuntamientos que constituyeron la Mancomunitat el 1987, decidieron unir sus esfuerzos para resolver conjuntamente el problema de la gestión y la eliminación de los residuos urbanos de los municipios respectivos. La decisión se tomó con un consenso generalizado entre todos los partidos políticos que integran las corporaciones de los municipios mancomunados, un consenso que ha sido inalterable des de la puesta en marcha de la planta.

También cabe remarcar la aceptación social mayoritaria, ya que la decisión se tomó sobre la base de una encuesta entre la población (el 75% estaban a favor y un 15% en contra, según una encuesta encargada a la empresa CERES el año 1998).

El modelo de servicio escogido, dentro del ciclo integral de la gestión de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU), SIRUSA se encuadra como centro de valoración a partir del tratamiento térmico de los residuos urbanos, con producción de energía y reutilización de escorias y cenizas.

Las instalaciones funcionan des de 1991 y se construyeron en el polígono Riu-Clar de Tarragona, al lado de un estratégico nudo viario para los ayuntamientos propietarios, un factor que también contribuye al abaratamiento de los gastos en el transporte de los residuos.

Esta fue la decisión que la Mancomunidad adoptó como solución, con la mejor tecnología disponible. Por un lado, suponía acabar con los molestos vertederos, peligrosos e insalubres de cada municipio; por otro lado, permitía convertir una parte de estos escombros en energía, que se vende a la red para la valorización energética en el proceso de incineración.

En el marco legislativo que ha desarrollado el Parlamento Europeo y la Generalitat de Catalunya, la incineración se identifica como una solución ambiental correcta, sobre la base de las garantías tecnológicas en el proceso industrial.

Des de la entrada en servicio, como se puede ver en los diferentes apartados de este sitio web, las mejoras han sido constantes.